Segar un campo de alfalfa por el método tradicional de la hoz y el arriñonamiento puede ser muy interesante. Eso sí, no apto para seres lumbálgicos o con tendencia a padecer de la riñonada. La alfalfa debe ser administrada con precaución a los animales. Si fuera en pasto libre, no habría excesivo problema, porque los animalillos saben hasta qué cantidad pueden ingerir. Pero si están estabulados, es conveniente, una vez segada, dejar que esta nutritiva papilonácea repose al menos un día para evitar el temible meteorismo, que produce gas metano en las panzas de rumiantes y équidos y que puede provocar su muerte. Hay quien aconseja suministrarla mezclada con paja seca. Nunca recién segada, porque tiene tendencia a fermentar con el calor.
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