Hamsters rusos. Auténticos pequeños monstruos capaces de devorarse unos a otros sin piedad. Escapan por cualquier pequeño agujerillo de su jaula.
Suerte que Josep, hábil homínido con grandes manos de portero de fútbol, que tan bien sabe utilizar para todo, los atrapa suave y calmamente. Tuvo mi maridín en sus mocedades un hamster llamado Sandunga, con el cual dormía y todo. Así que su habilidad para con los roedores es legendaria. Suerte. Porque a éstos yo sí que no los toco. Tienen unos dientes que parecen katanas. De hecho, Josep luce en una de sus manos una preciosa cicatriz producto de un mordisco de Sandunga. Una mala tarde la tiene cualquiera...
La hembra entra en celo cada 4 días. Así que la cosa promete.
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