Tan intensos que parecen fluorescentes, los geranios florecen con alegría. Esquejes que me regaló Dolors Filella han enraizado correctamente. Son de color púrpura, y detrás, el gitanillo de dos colores que me regaló mi maridín hace un año, tan saleroso. Más atrás han encontrado su lugar ideal otras plantas, a resguardo de los vientos y las inclemencias: el rododendro, que este año ha sido espectacular en su floración, la melisa, el aloe vera, la stevia, el limonero...
Ya se sabe, cuando las condiciones externas no son las adecuadas, prosperan los jardines interiores, los templos interiores. Recogidos, impenetrables si uno no quiere. O compartidos, entonces se abren para quien quiere y sabe ver.
3 comentarios:
Son los más hermosos.
Estoy de acuerdo.
Todos son hermosos...si tienen alma.
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