miércoles, 13 de abril de 2016

CON UN PAR DE FUEROS VASCOS

Nos han recomendado este gestor.
Erase una vez un vasco que quería montar una tienda en Catalunya. Pero con algunas condiciones: empezando porque no quería dejar de estar empadronado en su País Vasco natal, loable actitud y justificada, dado que, por ejemplo, la sanidad difiere mucho en ambas comunidades. Relataremos ahora a modo de ejemplo ilustrativo el caso de una amiga nuestra muy cercana que sufrió un infarto de miocardio en plena Semana Santa: no había camas, la tuvieron en un pasillo, la trasladaron a otro hospital en ambulancia a la 1 de la madrugada; la ambulancia se perdió en un polígono industrial, y primero tuvieron que llevar a su domicilio a una señora de etnia gitana que era transportada junto a dos de sus familiares, que a medio recorrido empezaron a reñir a grito pelado. Mi amiga llegó, con fatiguitas de muerte, a su nuevo destino hospitalario a las 3 de la madrugada, sin cenar, con dos arterias coronarias taponadas y a punto de traspasar al otro mundo a causa del estrés de la situación: como los médicos estaban de fiesta, tardaron en hacerle el cateterismo 6 días con sus correspondientes noches. Con estas premisas, evidentemente el vasco dice que a él no le trasladan el expediente clínico de Cruces, Baracaldo, a ninguna reserva espiritual de Occidente.
Volviendo al tema que nos ocupa, resulta que llega el primer trimestre de la declaración del IVA. El vasco, decidido a cumplir con sus obligaciones tributarias, inicia el trámite telemático. Pues...vaya, parece que la Agencia Tributaria de las Españas no reconoce a nuestro ciudadano como poseedor de ninguna cuenta corriente, por lo que no puede identificarse como tal.  Acaso se deba a las Leyes Forales de Bizkaia, que reclaman a sus nativos como intransferibles servidores de la gleba.
Es acaso posible que, al estar empadronado en el País Vasco, deba tributar allí. Pero allí dicen que la tienda está aquí, y que deben tramitarse los impresos desde la Agencia Tributaria Estatal.
El dilema está servido. ¿Conseguirá nuestro vasco bondissant cumplir con sus obligaciones? ¿O nada más empezar su emprendeduría, se verá abocado a la defraudación de impuestos, cual Curro Jiménez redivivo, en el más puro estilo España cañí? Luego dicen que la juventud ni sabe ni contesta...pienso que de manera justificada. Y parece que vayan buscando el error sancionable: ¿dónde está esa pretendida Unidad de España? Esto es ya, de hecho y de derecho, un mosaico de Reinos de Taifas donde cada comunidad obra a su avío, con un estado central chupóptero que se limita a ingerir alimentos en forma de tramos estatales del IRPF. Demasiado complicado todo...demasiado decorado para un teatrillo sin fondo. Seguiremos informando...

2 comentarios:

Juli Gan dijo...

huy, huy, huy. Yo también, y eso que sólo tengo mis tristes rendimientos de trabajo, porque pertenezco a la clase proletaria lindante con el arroyo y la favela, he tenido algún momento chusco cuando cometí la temeridad de empadronarme en el cor de Catalunya. En Gipuzkoa la cosa funcionaba bastante bien (Y eso que me solía salir positiva por poco), pero la de aquí siempre es liosa, les faltan datos y luego, encima, son capaces de reclamarte aún siendo culpa suya. Si a veces ser "bondissant" es un problema. Jaaaajaja.

Robin dijo...

Ya hemos averiguado que el vasco sigue bajo la éjida de Sabino Arana. Así que toca tributar en el País Vasco. Cuando se entere Puigdemòmia, con la nueva hacienda catalana que quiere "implementar"...