Lo que es, es porque puede ser. Y puesto que puede ser, lo que es ahora es el resultado de lo que ha sido. No hay que pensar: ¿cómo sería el mundo si tal o cual aspecto hubiese sido diferente? Lo que es ahora, es porque ha tenido un desarrollo evolutivo a lo largo del tiempo. Somos el resultado de la necesidad de los organismos de adaptarse al medio. Y del medio, transformado por los seres que lo habitaron. Es una co-evolución constante: un delicioso entramado de interrelaciones entre seres y medio.
Ya en tiempos antiguos, Leonardo Da Vinci dejó escrito su pensar sobre el hecho de que el mundo es como es y será como será debido a la necesidad de sobrevivir de los seres que lo habitan. No puede ser de otra manera. Y la capacidad de comprender esto, de adaptarnos al entorno, es la base de nuestro arte de vivir: todo lo demás, abstracciones sobre posibilidades, métodos y prácticas para desgajarse de este mundo (drogas, meditaciones entendidas como pérdida de contacto con lo real) no son más que técnicas para evadirse, para claudicar, frente al magnífico reto que supone la supervivencia plenamente consciente.
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