Las realidades que captan los sentidos son las que prevalecen. De acuerdo que hay cosas que no podemos percibir. Pero es a través del estudio de la información que captamos a través de nuestros órganos sensoriales, analizada por el cerebro, como podemos conocer la realidad.
La información de los sentidos es, por lo tanto, preciosa. Nada debe velarla. Los psicótropos son la gran trampa del ser humano: creen algunos que abren percepciones a otros mundos: nada más incierto. Las sustancias psicoactivas interaccionan con los receptores cerebrales y provocan reacciones anómalas, de todo punto indeseables, en tanto en cuanto son distorsiones de la realidad propiciadas por la acción de moléculas químicas ajenas al ser humano, al menos en su aportación exógena.
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