Una de esas mini-plantas del pradillo, que realmente pasaría desapercibida, enmarañadas unas con otras como están. Aunque en esa íntima unión, algo debe haber de cooperación desconocida para nosotros, porque en el aparente desorden hay una especie de frondosa colaboración. Todas diferentes, tantas morfologías...pero todas conviven. Excelente ejemplo para los humanoides que, aunque son tan similares unos a otros morfológicamente, no destacan por el entendimiento y la bonhomía, precisamente...
Una papilonácea: Scorpioides Matthioli. Fantástica.
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