-Esposa mía, ¿qué haces paseando con gafas de sol y mirando al cielo?
-Inclito esposo, no pienso mirar más ni una sola planta. Más clasifico, más parecen surgir entre las piedras de esta tierra bendita para la botánica. No puedo, no puedo...como diría aquel. No miro más. Aunque...mira, mira ésa...qué preciosidad...
La zulla. Rabassa, en catalán. Preciosa papilonácea de floración vertiginosa, llamativa, feraz, sanísima. ¿Cómo puede una planta estar tan verde y tener estas flores tan maravillosas en estas tierras tan expuestas a los elementos? Pues sí, es así. Muestra sin duda de que la vida es más pertinaz de lo que pensamos. Seguramente encontraremos zullas en Marte. Casi casi pondría la mano en el fuego...
Hedysarum boveanum sub. europaeum.
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