martes, 12 de junio de 2012

AGUAS TURBULENTAS


Qué bonito regar con el agua de la alberca...hala, a manta, así a gusto...mira, mira cómo se llena el caballón, qué rápido...pero...uy, cuidado...que se desborda...¡aggggggg!
Y se produce la inundación desbocada, cual ríos de Babilonia.


Regar es un arte, el cual yo reconozco que no domino. Acabo siempre mojándome los pies y resbalando. Tampoco sé hacer bien caballones: tiene que hacerlos Josep.

Aunque más vale que sobre que no que falte, ¡Agüita brava!

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