Algún fracasín también hay en los huertos, no os vayáis a pensar que todo son tomatadas y pepinadas. Los calabacines no tiran. Llegan a este tamaño, decrépito, y abortan. Se va secando la punta, y hala, a tomar viento. Es igual, los comemos de esta guisa. A la espera de que algún día consigamos calabacines como antaño, en l´Anoia, donde parecíamos la sota de bastos.
3 comentarios:
No te los mires en unos días. A nosotros nos funciono.
La sota de bastos...¡jajaja!
Uy, si no los miramos, se secan y no podríamos ni comernos estos tipo El Bulli.
Anda que con los que criábamos allí, podía comer una familia numerosa durante una semana...igual les daba cagalera tanto calabacín, pero parecían garrotas...
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