Con el cielo azul de fondo, a primera hora de la mañana, el cuarzo blanco resplandece con el sol. Sin duda alguna, los fotones de luz están siendo atrapados en la red cristalina de esta piedra, que brilla como un trozo de estrella. Ya explicamos que el cuarzo es capaz de alterar su estructura en presencia de luz, creando corrientes eléctricas en su malla atómica y transformando la energía calorífica en energía luminosa: qué fascinante entramado de interconversiones tienen lugar en el seno matricial de este fantástico mineral. Aquí preparado para ser un colgante.
2 comentarios:
Esa piedra con ese cielo...guárdamela, por favor.
Tuya es desde ya.
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