A nivel sonoro no hay quien le pueda, ni tan sólo esas amorfas tonadillas estivales que les cuelan las marcas de cerveza a los abochornados urbanitas. Empiezan a rascar sus élitros desde poco después del amanecer y no acaban de corear hasta bien pasado el ocaso; unas hachas de las ondas sonoras.
A pesar de ser muy numerosas, son difíciles de fotografiar, porque te ven venir y vuelan hacia tí de forma harto amenazante, para soltarte un liquidillo sospechoso a modo de disuasorio escupitajo. Pero a ésta me la he camelado sobre las cuatro de la tarde, cuando están en pleno apogeo canicular, y ha tenido a bien posar miméticamente sobre un tronco de olivo.
5 comentarios:
Sonido del verano mediterráneo, porque en el norte, no hay. Raca, raca, raca, ra.
Y cuando callan ellas...empiezan los grillos...
Hola:
Sonido de campo, sonido de verano y sonido vacacional. ¿Qué más puede pedirse?.
Hace años en la isla de Creta (Grecia) pude ver en los olivos, ejemplares realmente extraordinarios que chirrían mucho más que estos que escuchamos por nuestros bosques.
Un saludo veraniego.
Hola de nuevo:
Aquí el enlace al vídeo que grabé en este viaje. Obsérvese el tamaño de las chicharras al principio.
https://vimeo.com/69424541
De nuevo saludos.
Es posible que de ahí se derive la palabra "chicharrón", pardiez...
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