Fuera pasado esto en tiempo y lugar adecuado, y estaríamos ya elevados a los altares...
Pues resulta que ayer dejamos la leche enfriar después de hervirla, y cual no fue nuestra sorpresa cuando Josep, al cabo de un rato, alzó los brazos hacia el Señor gritando ¡milagro, milagro!...
La leche se había cuajado espontáneamente. Nunca vi yo tal prodigio.
Para constatar que el producto divino es comestible, mi marido se zampó ayer al mediodía la mitad de cuajada con galletas, y por la noche el resto con cerezas.
A estas horas no hay ni rastro de cagaleras perniciosas, lo que lleva a la constatación de que el cuajado, además de milagroso, ha pasado las pruebas de sanidad de la República Independiente de La Sisquella, que son de las más rigurosas del mundo, puesto que se testan los productos en propias carnes.
Amén.
2 comentarios:
En el país de mi mujer, Moldavia, es muy frecuente que la leche "sobrante" dejada a temperatura ambiente (que no es la temperatura de aquí) se cuaje. Será porque es leche de verdad y no el mejunje que nos venden aquí como leche. Hablando en serio, creo que es un fenómeno que se da al no estar pasteurizada. A esta leche cuajada le llaman ellos Kefir, aunque yo tenía entendido que el Kefir se hacía añadiendo un fermento, pero en el caso de esta leche sin tratar la cuajada se hace de manera natural sin añadir nada.
Por cierto, un servidor está harto de tomarlo y hasta día de hoy ni rastro tampoco de consecuencias intestinales. Ojo, sólo con esta clase de leche, con la que venden aquí en España ni intentarlo.
Aquí el kefir se hace añadiendo unos glóbulos de un hongo. Yo tuve una vez, pero lo dejé de hacer...estaba buenísimo, tomado de noche dejaba el estómago como cubierto de una capa agradable y fresca. La leche tratada pierde casi todas las posibilidades de hacer algo decente con ella. Ni se cuaja con el cuajo...no te digo más...
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