La Guardia Pretoriana perruna ha tenido su primer éxito esta mañana.
A las seis he intuído que algo pasaba, así que he salido fuera de la casita de madera invocando la presencia de mis magníficas Kira y Troya. Y efectivamente, Troya ha empezado a trotar atentísima por la finca, hasta que ha levantado algo. Lo que era no lo hemos podido ver, si perro o zorro, pero la carrera espléndida de nuestras perras detrás del ente ha sido digna de ver. Cuando han regresado, unas felicitaciones efusivas por nuestra parte las han hecho estar tan contentas...
Así que cada día, ahora, saldrán a patrullar al amanecer. Además hemos puesto una puerta en el recinto interior de las gallinas para que no puedan salir hasta que les abramos.
¡¡¡Bien por mis niñas perrunas¡¡¡
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