Bueno es recordar que de todos los medios probados, ninguno funcionó: las trampas eran ignoradas sistemáticamente por estas díscolas niñas, pesadas como ellas solas.
El único método eficaz es...la mano-manita aplastadora. Lo que pasa es que hay que fabricarla con algo del entorno y que sea resistente, porque de tanto usar ésta de plástico...se destruye.
Unas hojas de caña entrelazadas servirán. Y para el mango, un palito mismo.
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