Este aljub-cocún en sisquellano-tiene una curiosa particularidad. Está rodeado de una pared de piedra. Desde lejos parece uno de esos corrales pirenaicos para encerrar las ovejas de los rebaños en los montes. Pero no: es un cocún, y hondo, a fe mía, porque Troya se ha metido como hace ella, a la brava, y resulta que no hacía pie y no podía salir...cuando hemos visto que estaba en apuros, hemos ido al rescate, pero no ha hecho falta, ha salido por sus propios medios. Eso sí, tenía cara de susto, susto...
4 comentarios:
es una pasada la de construcciones antigüas que hay por vuestra zona, está lleno de historia y cultura ancestral.
y vuestras cosechas del huerto, ¡que gustazo!
Lo miró y veí un yacutzy jejeje pal restaurante tematico,pa me se zen con el canto....jejeje....idea ! Web cama con pantalla gigante,para el k piera.....jajajajaja
Desde mi i-chino jajajajaja k escribe lo k le da la gana
Eulalia hija, qué te pasa en los dedos...
Sí Mika, el lugar tiene historia. Y leyendas...
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