Nuestros amigos genoveses, (il mio caro bambino...), gourmets donde los haya, nos transmiten esta manera de conservar la albahaca, que según afirman la mantiene con la misma frescura que si fuera recien cogida. Pienso que es interesante, además del secado, tener otras maneras de mantener las aromáticas listas para su uso. Ahí va el tema:
-se recoge la cantidad de albahaca fresca que se quiera conservar, y se separan las hojas de los tallos. Las hojillas se meten en un tarro con sal fina, y se remueve. A continuación se llena el tarro de aceite de oliva y se cierra bien cerradito. Dicen los amici que es imposible distinguir la albahaca así conservada de la fresca, organolépticamente.
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