martes, 18 de diciembre de 2012

EL MOLINO DE ACEITE DE LA PALMA D´EBRE

He tenido el honor de que me permitan visitar el molino de aceite de La Palma. Desde la tolva donde se van echando las olivas recién recogidas hasta el punto donde emerge el aceite. El proceso es seguido al detalle: se toman muestras de cada uno de los cargamentos que llegan, para analizar su rendimiento e identificar el origen.
Una cosa que me ha llamado mucho la atención: para ser un lugar en donde el aceite está presente por todas partes, está limpio: ni rastro de ninguna gota que provoque resbalones.
Y a destacar una cosa más: nadie, solamente los agricultores, saben del esfuerzo que es necesario para sacar esto adelante y poder ofrecer este producto, obtenido de la tierra, el aire y el agua. Uno no sabe- hasta que se dedica al cultivo a media o gran escala, a vivir de esto-, del enorme esfuerzo, fatiga y cansancio, que representa asegurar una producción, obtener un fruto. Nada tiene que ver con el entretenimiento de fin de semana, de unos pocos olivos; es un esfuerzo inmenso.
-Por eso, los urbanitas neorurales acabáis hechos unos zorros después de trabajar unos cuantos días seguidos...
-No lo sabes tú bien, Xènius querido. Hechos unos zorricos...

2 comentarios:

Unknown dijo...

La recompensa al esfuerzo es el dorado elemento que aporta tantos beneficios.
Acaban de comunicarme que algunos parajes sobreviviran a la catombe anunciada por los mayas,se podrian apreciar cambios electromagneticos anunciando elos lugares escogidos.

Robin dijo...

Esta noche sobre las cuatro de la madrugada han saltado dos alarmas: la de la estación meteorológica, y luego la del despertador, además este último no con el himno del Barça con el que está programado, sino con un pitidito diferente.
Yo no digo más...