Es evidente: todo ha cambiado. Ya nada es como antes...
Yo triscaba alegre y despreocupada por los montes, cual pastorcilla de Lamermour, cuando Peque era peque...pero ahora...obsérvese el tamaño que ha alcanzado la criatura: de pie sobre los cuartos traseros es más alto que Josep...así que a mí me llega a la altura del colodrillo.
A él le hace caso...a mí a veces me reniega...se acabaron mis felices paseos por la Arcadia...
Yo dimito.
4 comentarios:
Opcion b,pasturar conejos.
Por Dios ya he vuelto de las olivicas dichosas...yo creo que sin aceite se podría vivir perfectamente, ¿no? ;)
Casi mejor dedicarse a passturar lombrices de tierra...
Y por que no grillos,te aseguro que se pagan bien para alimento de animales
Sí, es uno de esos negocios de futuro...pues no es mala idea...¡eh!
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