Nuevo fenómeno meteorológico que, por persistente, se hace algo plúmbeo, producto de un anticiclón persistente o muermociclón impenitente. Es bonita la niebla en su forma lechosa cuando nos envuelve y nos introduce en otro mundo, o nos preserva en el nuestro, según día y ánimos. Pero en su manifestación de nube baja es un coñazo inmenso que produce un efecto nevera de lo más refrigerante. Y eso que aún no ha llegado el frío: lo anuncian para el fin de semana, cómo no al modo apocalíptico. Pero hoy se ha ido la niebla. Y en el solete se está de maravilla.
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