Hay mucha gente que piensa que vivimos tiempos convulsos y que nunca se había visto nada igual por lo que respecta a los males de origen antropológico del planetilla. Esto es debido a que, con la aparición del cristianismo, el mal ha quedado reducido a un insulso control de la castidad, a la grabación a fuego en las mentes populares del no robarás y a cuatro cosillas de escasa relevancia: para "lo gordo" no se contempla castigo. La perspectiva histórica es necesaria.
Porque el mundo ha sido, es y será un nido de alimañas humanas, donde la preeminencia personal y el Poder Total son los motores de un progreso que camina a hombros de los pobres.
Para abrir ojos y conciencias, os recomendamos la serie Yo Claudio. El ser humano, sueltito a su ser, es de lo peorcito de la Creación. Pero se puede sobrevivir. Unos, haciéndose el tonto. Otros, siéndolo, directamente.
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