De higos a brevas va todo un año, pero de brevas a higos va menos, y ya tenemos aquí a los higuillos, tan dulces y melosos ellos...hay higueras de diferente origen, y ésta en concreto es de Lleida. Los higos que da son negros, y tan sumamente deliciosos que es para ponerse debajo y venga, ir comiendo, comiendo...pero no se puede comer higos sin control, porque tienen mucho azúcar y son engordantes. Ya nos ayudan los pájaros, por eso, que se los zampan en cuando detectan que están en su punto.
4 comentarios:
Me acuerdo de tus higos del verano pasado. Este año parece que vienen más calmos. Cosa de la que me congratulo no sabes cuánto. Al fin y al cabo, la higuera mística ha sido uno de los caminos que nos ha llevado al encuentro. Seguramente es nuestro árbol Bodhi.
Por Dios, el higo aquel caído...anda que no dió de sí...así que por entonces ya leías el blog...pues anda que no te reirías ni nada de mis cuitas...suerte que apareciste cuando la cosa ya se desmadraba...nunca te lo agradeceré lo suficiente...aunque pasamos buenos ratos también entonces...pero sabe mal ver a la gente tan perdidilla.
ues mi higuera me esta pidiendo ya qu el alleve a la Sisquella...es de higos negros tambien y los 3 que en estos años he comido han sido deliciosos....las brevas le salen pero se secan y caen hasta ahora que tiene sus pequeeños higos......
¡Ay Eulàlia...¿te acuerdas de la entrada aquella del higo del Buda, que causó impacto y rebombori total hace ya un año...? Con Peque con una rama de higuera en el cuello...uno hubo que me llamó repelente Robin y todo...Aquellos polvos trajeron estos lodos...jajajaaa¡¡¡ o aquellos lodos estos polvos, no sabemos.
Las brevillas se caen porque si la higuera es joven aún necesita fuerza para mantenerlos. De más adulta ya estará en marcha. Es como la vida misma: a la madurez todo son plenitudes...
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