Yo soy la primera y la última, soy la honrada y la escarnecida, soy la indecente y la santa, soy la esposa y la virgen. Soy la madre y la hija. Soy aquella cuya boda es grande y no he tomado esposo. Soy conocimiento e ignorancia. Soy desvergonzada y estoy avergonzada. Soy fuerza y soy temor...soy necia y soy sabia. Yo no tengo Dios, y soy una cuyo Dios es grande.
Truena, mente perfecta. Manuscrito de Nag´Hammadi.
No juzguéis nunca, a nadie. Y menos a vosotros mismos.
9 comentarios:
Hay una palabra cambiada: no es "indecente" la locución original.
En atención a los niños y niñas que leen esto, sí, efectivamente, la he cambiado. Si deseas mencionarla, hazlo aquí en los comentarios, pues éste es el espacio libre de los lectores.
De acuerdo. Indico aquí, lugar más reservado, que el original es "prostituta" en su acepción de cuatro letras.
Erudito quisquilloso...qué elegante eres.
De los tres adjetivos, sólo has acertado en uno.
Elegante, sin duda...
Elegante, sí.
Tengo más piedras. Te gustarán.
Gork saludos!!! nadie deberia creerse tan poderoso como para juzgar al projimo....hay que aceptarse.....a los demas y a uno mismo....
Hola, Eulàlia. A veces las personas que juzgan lo hacen por una carencia propia: son incapaces de aceptarse a sí mismos, de asumirse. Y entonces piensan que todos los demás serán como ellos, juzgando, agazapados para arrojarse sobre los demás al menor descuido, para herir, para sentirse superior. Y en realidad, es que no saben quienes son, no se conocen, se temen.
A ver esas piedras, chicas. Las espero con atención.
Gorgk...nada más que añadir. Mañana, más piedras mágicas.
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