ALGUNAS CONSECUENCIAS DE LA FRUGALIDAD

Hay una cosa que debéis saber, especialmente aquellas personas con estómagos delicados y que han optado por una comida vegetariana y frugal. Resulta que, al menos en mi caso, cualquier exceso en cantidad o calidad de lo que ingiero me supone un desarreglo gástrico tal que no merece la pena el momento de disfrute gastronómico con lo que tengo que sufrir luego. La frugalidad acaba por ser costumbre arraigada en los cuerpos, y la verdad es que pienso que es cosa buena. Lo que pasa que socialmente no se contempla, y a veces, por no desairar, realizamos alguna excepción...en mi caso he comprobado ya que es imposible, mi cuerpo no lo admite. Y el dolor que causa un reflujo gastroesofágico salvaje de madrugada os aseguro que se recuerda días. No sólo el dolor, sino el efecto, puesto que si de inmediato no se toman medidas terapéuticas- para que se neutralice el ácido del contenido gástrico que refluye- os puede pasar como a mí: me he quemado la faringe y el esófago. Hace daño, de verdad. Así que la paella de marisco se la va a comer casi toda Josep. Y no voy a cenar. Es así la vida.