El platanero híbrido, Platanus x hispanica, de la familia de las Platanáceas, es el árbol de los caminos, las carreteras, los senderos que dirigen a la entrada de un lugar habitado, de un núcleo de población. Es el árbol predominante en Urbanilandia, pero allí los pobres plataneros están muy enfermos. A la altura de los tubos de escape, todos los árboles presentan el tronco engrosado, tumoral, para dejar ver con el paso del tiempo su entraña de lignina, su interior hueco, vacío de vida. La savia circula aún por los vasos externos.
Los plataneros rurales son sanos, fuertes, de alba corteza. Resiste su hoja, sin caer, hasta bien entrado el otoño. En las ciudades se desprenden los tristes árboles de ellas ya en verano, cansados de vivir. Prefieren adelantar su sueño para olvidarse de su agonía en vida.
Aquí no: no duermen aún. Acompañan al caminante y lo saludan, con la alegre combinación de amarillo, rojo, ocre y verde final.
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