No habrá huerto autosuf que se precie que no cultive la imprescindible tomatina. Ese tomate de colgar que resiste, colgado o almacenado en cajas, todo el invierno. Los nuestros son pequeñitos, pero no por ello menos jugosos. Es un gustazo partirlos y comprobar que las tomatinas guardan todo su esplendor para ser restregadas sobre las rebanadas de crujiente pan, o de pan blandito, según se prefiera. Este año sí, este año aguantan sin secarse, que el año pasado la araña roja hizo de las suyas y los estropeó. Tendremos tomatina todo el invierno. Este año sí nos ha salido bien. Algunos amigos incluso se las han llevado a su casa, cogidas por ellos mismos de nuestro huerto cuando han venido de visita: nosotros ya teníamos bastantes, así que Dori se ha llevado una caja.
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