viernes, 16 de noviembre de 2012

TIEMPO DE ARENGADES

Estamos en ese tiempo en que un día puedes ir en manga corta si te pones al solete y al siguiente, si aparece la niebla, te cala el frío hasta los huesecillos si no te mueves...así que se impone solución de emergencia para trabajadores rurales.
Se trata de las sardinas de la costa. Las arengades...Madre de Dios, auténtica bomba no apta para hipertensos y gente con transtornos renales...digo yo, porque están saladas de narices...Josep compró unas para comer ayer...acompañadas de uva. Las hicimos a la brasa, con perejil y ajo. Al que le guste el vinillo, recomendable un blanco con cuerpo, aunque dada la rotundidad del plato, un tinto de esta tierra, que de tan denso no es translúcido, es bien recibido.
Eso sí, si no se quieren tan saladas, se ponen a remojo en agua durante unas horas, como el bacalao, y la sal se va disolviendo, desalándose las sardinas...eso me lo han dicho hoy, cuando ya me comí ayer una de estas bombas energéticas así a la brava...

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