Llueve con ganas, con alegría: está todo precioso, fresco, verde. Es un bien.
Las olivas ya no engordarán más, y el agua, beneficiosa para los árboles, es siempre bendita. Pero...
Cuando llueve no se pueden recoger las olivas. El peligro ahora viene si llega un frío excesivo. Al tener tanta agua el fruto, si la temperatura baja de cero grados varios días consecutivos, la oliva se puede helar: se dice que el frío mata las olivas. Nos explican: de las olivas heladas sale también aceite, pero de calidad pobre. Así que hay que seguir los mapas meteorológicos. Se prevé un descenso de temperaturas acusado para los días 14-15 de noviembre...mínimas previstas de 2 grados. Esperemos que no bajen más...
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