Cada desastre natural nos acerca más a la extinción de ese error evolutivo que ha sido Homo sapiens. Ahora sólo hace falta un meteorito dirigido con puntería como el que acabó con los dinosaurios y a empezar de cero, pero que muy de cero.
Espero que ya os deis cuenta al fin de que conectar con la Pachamama, ir por el mundo abrazando árboles y firmar en el change.org no parecen acciones muy eficaces. Tampoco indica que seáis seres divinales el hecho de hacer fotos con el móvil y el flash activado al aire y creer que las motas de polvo en movimiento que reflejan la luz son entes protectores. Así que manos a la obra, tal y como nos indican estos calabacines gigantes de coste "cero punto cero."
Antaño se hacían servir mucho los llamados "emplazamientos"; éstos consistían en lanzar un reto al Universo a modo de justa venganza. Tal hizo, por ejemplo, Jacques de Molay, Gran Maestre del Temple mientras ardía en la hoguera católica; incluso hubo un rey peninsular al que se apodó "el emplazado".
Pues bien: reto a la Pachamama a que en el plazo de una semana, Bolsonaro aparezca en su cama, inerte por toda la Eternidad, sofocado por su propio reflujo gastroesofágico. Como Kurt Cobain.
Animín. 😉
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