Nunca pensé que vería el pantano de esta guisa: vacío. Adiós a todo: a los peces, a la flora y fauna, a las actividades acuáticas...y es que el Priorat reclama su agua y dice que no hace más trasvases, pues de allí procede el líquido elemento que alimenta este enclave singular.
Fin de ciclo, todo.
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