Esto sí que es hacer fuego del Demonio. Atención: coge dos ramitas secas de laurel y empieza a frotar una contra otra. Cuando estén bien calientes, echa sobre ellas azufre en polvo. Brotará una llama.
Recordad que el azufre hace un olor muy feo y que si se te impregna en la piel o en la ropa, tarda decenios en desaparecer.
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