jueves, 3 de julio de 2025

PENOSA RAZÓN

 Al fin -aunque por desgracia para todos- algunos lugareños reconocen que lo de esta zona no se puede aguantar más. Las temperaturas extremas que se han registrado estos días han podido con la genética palmerenca y ya no sólo me quejo yo, que tiene un pase porque soy de Barcelona i em moro de calor, sino toda una serie de personas en teoría perfectamente adaptadas a la sequedad de las paredes de piedra. Esta solidaridad, aunque tardía, me reconforta porque en el fondo no deja de ser un yo ya la dije. 

Y las nubes creciendo alrededor y aquí nada. Mire oiga...




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