domingo, 12 de agosto de 2012

...Y CONTINUA MAS ENERGETIZADO AUN...

Pues resulta que tan tranquila iba yo a poner a secar las pipas de los girasoles sobre la mesa, cuando una ladina avispa me ha picado a traición. Pero no en un lugar cualquiera, no...en mi seno izquierdo. Es decir, en mi teta corazonera. Me cago en todo lo que se menea...la areola parece un higo chumbo. En fin, esperemos que no pase nada, porque ya la leyenda en el centro de salud puede ser total:
-¿Y ahora, señora?
-Un avispón lujurioso. Mire mire, una teta supervixens. No hace falta silicona ni leches...
No pongo foto, por causas obvias.

10 comentarios:

Víctor dijo...

Robin, me vas a permitir que, por otra vez, haga de abogado del diablo. Ya lo hice cuando era Nimbus, el día que te dije que tenías que salir de ahí, porque ese clima no te favorece, que necesitas humedades y frescor. Y ahora vuelvo a decirte algo que tal vez no te gustará.
Me parece que te exiges demasiado a tí misma. Leyendo esta entrada y la anterior, me queda el sabor agridulce de la aventura, del disfrute que trasluce lo que escribes: pero también cierto poso agrio de exigencia en exceso.
Tal vez ha llegado el momento de que pienses más en tí. Sé más egoísta: ¿cuántos años piensas que podrás vivir así, con tan pocas comodidades, con tanto esfuerzo? Ya no eres joven, Robin, y mereces más de lo que ahora tienes. Por favor, piensa en eso. De un amigo que te quiere.

Robin dijo...

No tengo la respuesta. Sólo sé que me siento viva. Aunque es duro, no te lo negaré.
Casi todos merecemos más. Pero si algo he aprendido es que nadie tiene lo que se merece.

Gorgk dijo...

Aunque algunos lo podemos rozar con los dedos...y sonreímos. Y si no, lo inventamos y vivimos en un sueño, una especie de zona entre la realidad y la ficción que es el sueño de los héroes. Gracias por ser.

Anónimo dijo...

No Gorgk, en reaidad esa es la twilight zone.

Robin dijo...

Pues vivamos en ella. No somos más que un paréntesis en la eternidad. Más no podemos...

Robin dijo...

No, anónimo, no es una zona indeterminada. Es mi sueño, es mi vida.

Víctor dijo...

Piensa en tí. De verdad te lo digo.

Robin dijo...

Sí cariño, no te preocupes, de verdad ya pienso. ¿Qué crees que me trajo aquí? Pensar en mí, en que ya no podía más con la vida que llevaba...fue una huída hacia lo desconocido, algo hecho desde la total renuncia. A partir de ahí, ya todo me dió un poco igual. De verdad. No quiero pensar más en eso. No te preocupes.

Víctor dijo...

Sí me preocupo, y ya sabes lo que pienso al respecto. Ya el verano pasado tuvimos una conversación al respecto. Acuérdate. ¿Piensas que no he leído lo de la taquicardia que has borrado? ¿Y si te pilla sola en medio de esos campos, qué? ¿Quién te dará la pastilla?

Robin dijo...

No es grave, Víctor, dicen que no es grave. Por favor, ya está, de verdad.