Es una alegría ver así a los árboles. Nos explican una historia: dicen que los olivos, si han sido bien cuidados por sus amigos humanoides, cuando llega el tiempo de la cosecha les reverencian, saludan cuando un humano llega a donde ellos están, inclinando sus ramas hacia el suelo.
Sí, dan trabajo. La cosecha es dura. Frutos pequeños, abundantes. Muchos árboles, muchas horas. Frío, niebla.
Pero la sonrisa nos llena la cara.
-Matiza que no es tuyo.
-Matizo, matizo...que no es mío. Ya quisiera yo. (Xènius mira que eres mala persona...)
4 comentarios:
Si es que la naturaleza es muy agradecida si se la trata con el respeto que merece....
Así es.
Desde mi I-chon. En la Cooperativa. Cambio. Espero órdenes...
Desde mi anchoird desde el hospi k estoy k trino por la ilogica mania medica d ir contra la logica....cambio
Desde luego, reconozco que debe ser agotador estar al lado de alguien enfermo y haber de batallar contra todo: la enfermedad, el desánimo, los sustos y encima añadir la incompetencia del personal. Un abrazo de oso, ya sabes.
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