Seguimos en la excursión. Encontramos masets derruídos, aunque esta vez la imagen no es tan bucólica: la presencia humana queda patente, siempre dejando caquitas por doquier. Es que no hay manera de que la gente aprenda a ser...a no ser guarro, vamos. Humanoides: los únicos seres del planeta que dejan su entorno hecho unos zorros. Qué vergüenza...preferiría ser klingon...
Pues así está esta casita, con restos de basura, ropa, utensilios variados...
Suerte que fuera, para compensar, encontramos este cocún que, aunque algo derruído, contiene agua. De momento, nadie necesita abrevar. Reanudamos el camino pues.
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