Cuando hace buen tiempo, se pueden hacer muchas cosas en el exterior. Pero también conviene reposar de cuando en cuando, y leer, y estar tranquilito. Aunque en esta casa la tranquilidad dura poco: que si Gresca quiere jugar, que si hay que abrir la jaula a Cleo, que ahora las cabras nos llaman porque ya es hora de salir, que Bonamichi canta mirando al norte y salta y sale del corral, que si Boli quiere jugar con Cleo (se han hecho muy amigos) y se persiguen por la casa de madera...
En fin. Poco dura el reposo, en verdad. Pero vale la pena. Es...vida.
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