La esperanza de los reinos se consolida: los ágaves azules que plantamos en el margen del terraplen no solamente están preciosos, sino que inician su expansión: no hay mejor noticia. Así que se robustece la colonización del talud de la entrada. Aquí tenéis un hijuelo, al pie de este ejemplar-mamá, y crecen más, al amor protector de todos y cada uno de ellos.
Están preciosos estos ágaves, y sin necesidad de regarlos, una vez ya se han establecido. Planta excepcional para la recuperación de taludes.
La única cosa es que, como no podía ser de otra manera, cuando Peque ha visto que nos interesábamos por estas plantas, ha venido a ver qué era y se ha dado cuenta de que son comestibles. Un pellizco en la punta de una hoja de uno de los ejemplares adultos. Si es que...no se puede bajar la guardia nunca...
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