Desde siempre me han apasionado los temas de alta gastronomía. De la que se basa, sin duda alguna, en el buen producto en origen.
Verduras, leche, huevos, frutas, entre los que nos brinda la naturaleza, bien de origen animal o vegetal, para su consumo inmediato, sin manipulaciones, directamente. La alegría de la tierra.
Pero también de los productos elaborados, con la sabiduría de milenios, que atesoran el saber alquímico de los humanos: vinos, aceites, quesos, miel, alimentos en conserva que reflejan la capacidad del ser humano de sobrevivir ante condiciones ambientales poco favorables, de enriquecer su cuerpo y su mente, de vivir en definitiva.
Una recomendación: LA CORTE DE AMOR: UN PAIS DE LOS PIRINEOS. Yo disfruto por doble vía: con la lectura de sus textos y con los aportes gourmet de mi amigo.
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