No cabe la menor duda: la estrella del huerto el mes de enero es la col. Turgente, de un verdor mesopotámico, tan intenso que ni hervida pierde ese tono energético y vitalísimo.
Esta de la foto la vamos a comer hervida con patatas. Tan sencillo como eso, aliñado el plato con aceite, un poco de sal y pimienta molida. Josep tal vez hará un allioli, aunque me parece que no...no, dice que con un poco de pimentón rojo por encima va a estar divina también.
Las coliflores y los bróquiles son más lentos en su crecer. Siguen estas inflorescencias la fractal secuencia Fibonacci en su formación. Ya os enseñaré una.
Se me olvidaba añadir que la col es considerada como un alimento con capacidad anticancerígena debido a la presencia de glucosinatos, indoles e isotiocianatos. La cocción altera estas moléculas, por lo que la col debería consumirse cruda en ensalada. Pero bueno, con una cocción leve y aprovechando el agua del hervido, y con una ingesta habitual, podemos aprovechar las propiedades de esta crucífera graciosísima, así con sus hojas rizadillas.
4 comentarios:
La col fue verdura muy popular en otros tiempos, pero luego perdió fuelle porque hace aires ---nunca mejor dicho lo de fuelle------. Para que no los provoque tiene que estar bien cocida. ¿No se usa también una hoja de col sobre los golpes?
Sí, levemente machacada para que libere algo de savia y si está calentona mejor. Es conveniente pasarle un plancha caliente; así va de perlas para dolores reumáticos. Espero que no sea -aún- tu caso.... ;)
A mí me gusta cruda, cortada fina y me la como como ensalada como si fuera lechuga.
Yo la he probado así y...hay...me cuesta un poco, la encuentro muy dura...
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