¿Tienes el pensamiento espeso y el temperamento turbado? Pues dale al vino de espliego. Santa Hildegarda dice que hay que cocer espliego en vino o, si no se tiene, en agua con miel. Se bebe caliente y a menudo y además de actuar sobre la mente, curará el dolor de hígado y pulmones y la pesadez del pecho.
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