Por aquí no he visto robles, pero en un valle cercano hay una encina gigante. Las fotos no le hacen justicia: falta una referencia cercana para valorar el tamaño de este enorme y fantástico árbol.
Es curioso que, mientras que los pinos están casi todos soportando alguna planta de muérdago, parásita, las encinas no tienen ninguna. Están fuertes y sanas. Ésta tiene un tronco doble. Es decir, no está solita: son una parejita.
Nosotros en nuestra finca tenemos, justo en medio del terreno, tres encinas más modestas, que os tengo que enseñar: ya tardo. De hecho, estuve a punto de llamar a la finca Tres Encinas, en remembranza de los Doce Robles de Lo que el viento se llevó...pero quedaba muy peliculero...
La Sisquella es más local y me parece sumamente adecuado.
1 comentario:
Ya os enseñaré las que viven aquí enfrente. Son más jovencillas, pero muy graciosas.
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