lunes, 14 de enero de 2013

NO CONTIENE SULFITOS

Sulfitos: dióxido de azufre, SO2. Ahora aparecen en todas las etiquetas de los vinos. Al menos de todos los que conozco. Tienen varias funciones: controlan el crecimiento de microorganismos, favorecen la conservación del vinillo, actúan como antioxidante. Se añaden, hoy en día, -con tanta sofisticación de barricas de aluminio y tanta asepsia-, de forma artificial.  Pero antaño no era así.
Me explica mi maridín que su abuelo, que hacía su propio vino, tenía una barrica enorme donde mi maridín incluso se cayó un buen día. Susto que se llevó la criatura. Estaba vacía, por eso. Periódicamente, antes de cada nueva incorporación del mosto del año, el abuelo cogía un puñado de hierbas, que mi marido recuerda que contenía tomillo, algo de romero y más que no tiene presentes, las espolvoreaba con azufre, y le prendía fuego a este ramillete tan especial. Con este humo fumaba la barrica, tirando dentro el ramillete.
Es decir, que los compuestos azufrados se añadían naturalmente con esta operación.
Nada hay nuevo bajo el sol.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienes razón. Básicamente es crear un ambiente de sulfuroso para que el oxígeno no exista y no oxide el vino, y se pique.
Actualmente los sulfitos se añaden para lo mismo.
Más limpio que los sulfitos es inyectar gas sulfuroso que evite la química ya que viene en bombonas y es gas sulfuroso puro. Pero es mas caro y más dificil de manejar.
Además los sulfitos precipitan, me parece que forman tartratos o algo así, y se pegan a las paredes de los trulls del vino, con la consiguiente alteración del mismo.
Lo que hay, desde hace mucho tiempo.

Gorgk dijo...

Como siempre, el ser humano tiende a ir a tiro seguro. Así que para evitar el disgusto de que el vino se estropee, se ha ingeniado siempre alguna treta.
Es comprensible: una añada perdida algo nefasto.
Por eso prefiero las pequeñas producciones: se minimiza el riesgo.