Artemisia annua, además de artemisina, sintetiza flavonoles. Está demostrado que son coadyuvantes en la actividad antileishmania, de manera que administrar la planta seca es más eficaz que usar la artemisina pura. La síntesis química de artemisina es, además, costosa. Esto pone muy nerviosa a la industria farmacéutica, que promueve y se basa en el uso de moléculas puras alegando que así se puede valorar mejor el mecanismo de acción y ajustar la dosis. Esto es cierto, pero no necesariamente conveniente, pues los microorganismos suelen desarrollar resistencias frente a moléculas puras, mientras que les cuesta más neutralizar varios ataques simultáneos. Los flavonoles activos en este caso son crisoplenitina, crisofenol-D, eupatina y casticina.
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