Los gatos son seres enigmáticos. Aina viene con nosotros a pasturar casi cada día. Va maullando, miu, miu, maullidos cortos y amorositos...porque quiere que la coja en brazos. Y venga, me la pongo encima. Y entonces, para demostrar su bienestar, empieza a hacer uñas en la ropa y a formar babitas, que deja caer sobre los humanoides. Para redondear el tema, quiere que, de vuelta, la lleve en brazos todo el rato. Bueno, pero es que pesa...qué criatura, es la más cariñosa de todos. Aina, la gatita más pequeña que había en una caja de cartón enfrente de un supermercado, con una camada de varios gatos dentro, y ella, la más canija, con los ojitos cerrados por legañas, desnutrida...la primera que cogí entre todos, y luego a Coco, y luego a un gato de color naranja que nuestros vecinos también salvaron. El resto se los llevaron entre varias personas. Aina, la gata madre. Todos los demás en esta casa son hijos suyos.
4 comentarios:
Que bonica!! Yo no entiendo la mala prensa que hacen algunas personas sobre los gatos ,me han llegado a describir el juego de los gatos como un ataque...es alucinante....
Como ves vuelvo al intento de resucitar...veremos que tanto duro....de momento todo en calma y yo resucitando de la sacudida con remate navideño para acabra de rreglarlo todo una gripe de cuidado....asi pues .....yo en mis treze...arriba...arriba...arriba...pero como cuesta!
Bueno, resucitada cual Lázaro Eulalia, los gatos tienen unas extrañas maneras de entender el cariño. Sin ir más lejos, Titi está buscando macho ya, y cuando se le acerca Skifi...le pega cada mandoble que lo deja seco. Parece un santo cristo, el pobre...digamos que tiran hacia el lado oscuro del cariño.
jjjjajajaj te iba a ofrecer mi gato para una cita con tu gata pero me acordado que el pobre perdio los pendientes ....es que como estan las otras dos que son niñas.......era el mejor candidato ;)
Eso de quitarles los cataplines a los gaticos...en fin... :(
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