viernes, 3 de febrero de 2012

ADAPTACIONES ANIMALES AL FRIO

Qué mal adaptados estamos los humanoides al medio, Dios mío...si es que sólo hace falta mirar a los animales que viven con nosotros para darse cuenta.

Los perros: Kira es una alaskana: su madre era Niba, hija de pastor alemán y gossa d´atura, y su padre fue Inouk, un Husky siberiano bellísimo. Los perros que llevan sangre nórdica mezclada se llaman alaskanos, un nombre hermosísimo. Pues bien, Kira, además del pelo largo blanco y negro, tiene una lanilla interna, una pelusilla que resulta un fantástico aislante. Jamás la he visto tiritar. Igual pasa con Boli, el caniche, que aunque parece un oso con el pelo tan largo que lleva, de momento no se lo corto, porque así no tiene frío. No es el caso de Gresca, tan pequeñita que necesita dormir con nosotros, dentro de las sábanas y bajo las mantas, y de Troya, hija de Kira pero de padre perdiguero y por lo tanto, de pelo muy corto.

Quiero mucho a Kira: me acompaña absolutamente a todas partes, no me deja ni a sol ni a sombra. Ya es viejita: pero está bien. Y juntas seguiremos con nuestras aventuras.

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