domingo, 12 de febrero de 2012

LA CASA DEL RIESGO

Bueno, digamos que las personas que construyeron esta casa no tenían vértigo, ni niños pequeños, ni nada susceptible de despeñarse. Tal vez eran amantes de la escalada y el parapente. Porque el abismito que sirve de terraza a esta construcción no es moco de pavo. Eso sí, como a medio camino de la bajada, se dieran cuenta de que se habían olvidado de algo...cualquiera sube otra vez. Porque el camino que véis da una buena vuelta a la montaña para bajar al valle.
Este valle es muy bonito, poblado de chopos. Las hojas, descomponiéndose a causa de que el lugar es húmedo y umbrío, dan un curioso y característico olor alegre al aire, como de promesas de futuras fertilidades. Es un olor ácido, vital. Hay musgos en las rocas. Y hiedra. Me gusta este sitio.

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