Ayer hizo muy buen tiempo, de manera que durante el mediodía aproveché para hacer, bajo la ventana del maset, esta pequeña jardinera para sembrar mis plantas aromáticas. Como durante el verano se achicharran vivas, esta orientación oeste me parece buena. Recibirán el sol de la tarde en verano. El primer paso es poner las piedras que delimitarán la jardinera. Luego he añadido en el fondo, sobre el suelo, unas cazuelas de barro viejas, que estaban rotas y las he hecho añicos. Esto ayudará al drenaje, y además aprovechamos unos cacharros que de otra manera no tendrían uso. Esta zona promete, porque la verdad, se nota muchísimo la protección contra el viento que da el seto que hemos hecho. Las chumberas han resistido perfectamente estos días de fuertes heladas, y los frutales están mostrando ya esa rojez de los extremos de las ramas que denotan que están despertando de la dormición invernal.
Los trozos de cazuelas de barro servirán también para retener más el agua de los riegos, que quedará embebida en los poros del material.
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