Está verde, vital, vivísimo. Señal inequívoca de que sus raíces deben haber encontrado alguna vía de agua subterránea. No ha sufrido en absoluto con la sequía del verano. Y si lo ha hecho, estoico, no lo ha mostrado. Me gustaría resguardarme en él y aprender de su sombra arcana: no se puede. Sus acículas punzantes lo impiden. Es hermético. Como todo lo sabio.
UNA BIÓLOGA EN LA REPÚBLICA INDEPENDENT DE LA SISQUELLA
sábado, 14 de abril de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Me rindo. Tampoco encuentro a la euforbia.
Reconozco mi derrota.
No es tal, sino esfuerzo y trabajo.
;)
Has ido a escoger las más difíciles, hijo mío...
Publicar un comentario