Siempre me pasa igual: contra más gordas y negras son las nubes, más labores tiene que hacer Josep fuera de la finca, y se tiene que ir. Me quedo solita: bueno, con mis animales. Los perros no tienen miedo a las tormentas, así que cuando empiezan a verme caminar de un lado a otro sin sentido alguno, me miran como con misericordia: ya está la empanée esta...
Por Dios que me dan yuyu...esta última de ayer requería vigilancia: era negra como boca de lobo. Tendría que haber ido a buscar las botellas de plástico para tapar las tomateras, pero se me quedaron las manos frías y la boca seca, así que me dediqué a...a nada...
Afortunadamente, pasó más al norte. Ufff...otra vez salvados...
5 comentarios:
Por la tele han dado lluvia mañana, pasado y quizá el otro.
Que llueva, que llueva, la virgen de la cueva, los pajaritos cantan, las nubes se levanten... lara lara laa
La lluvia es siempre bendita, y por fortuna las tormentas suelen pasar más al norte de vuestra posición. Tranquila, tranquila, nada malo te ha de pasar.
Muy contenticos os veo: hay que reconocer que soy una cagamandúrrias, me asustan los rayos, pienso que me va a caer uno encima. Qué le vamos a hacer: como dijo Jack Lemon en "Con faldas y a lo loco": nadie es perfecto...;0
En la película "El curioso caso de Benjamin Button" también aparece un personaje que cuenta haberle caído 7 rayos encima a lo largo de su vida... :)
Aprovecho contestarte para modificar una cosa: la frase no la dice Jack Lemmon, se la dicen a él.
Y sí, es posible que el que me cayera un rayo fuera, a pesar de todo, un avatar positivo. Mira, lo recordaré en la próxima tormenta. Al fin y al cabo...igual me arregla algo...tengo que elegir entre encontrar el lado positivo al asunto o acabar con un ictus coronario. Aunque tal vez...descansaraía en paz...forever... ;(
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