Aquí está el mini-bosque de encinas que tenemos en La Sisquella. Están justo en medio de la finca, en un bancal de arriba. Pensaba que había tres, pero iba yo mal fijada, hay más. Qué bien...por supuesto, no las tocamos, ni para podarlas ni nada. Así, a su ser. A ver si sus bellotas van cayendo al suelo y produciendo nuevos retoños. Las cabras no son muy amigas de subir a esta zona de la finca, así que no hay peligro de que estos gratos árboles sean molestados por nuestras ramoneadoras amigas. Estas son la esperanza del reino. El bosque autóctono maduro mediterráneo: el encinar. Como decía Félix Rodriguez de la Fuente en el primer capítulo de El hombre y la Tierra, España sería un encinar, desde el Cap de Creus a Finisterre, si los humanoides no hubieran puesto sus manazas sobre los árboles. Una ardilla- decía- podría viajar a todo lo largo y ancho de la Península Ibérica sin tocar el suelo, de rama en rama, de árbol en árbol...Yo me pido teletransportador temporal, por favor...viaje al pasado, ¡ya!
-Te comería un oso...
-Buen provecho.
3 comentarios:
has mirado en alibaba¿?.....como en xina se fabrica de todo.
Pide uno tambien para mi porfi.........yo me transportaria al medievolo ;)
:-)
Y yo me pido medioevo y Leonor de Aquitania.
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